diciembre 01, 2018

'Y a pesar de todo me regalabas libros que escribías por las noches...'

Una vez salimos de fiesta tú y yo solas. Una detrás de otra. Pero hubo una noche, ¿te acuerdas?

Íbamos disfrazadas y puestas hasta las cejas. Primero bailamos como si ya nos estuviésemos riendo de todo esto y luego también lloramos.

Me abrazabas y yo sólo quería que no te acercases del todo; no te fueses a cortar con todo lo rota que estaba.

Y me abrazaste otra vez; igual de rota pero tan guapa como siempre. Y entendí que cuando los rotos se abrazan se forman mantas. Mantas en las que pasar un invierno o toda una vida.

Me dijiste; 'Tú dijiste que había personas que te hacían grandes. Y yo me siento orgullosa de lo que soy, porque tú te sientes orgullosa de mí.' y han pasado dos años y todavía no sé qué contestar a eso.

Has vomitado en todas las baldosas de mi casa y me has metido en todos los taxis que no supe parar.

Has sido freno cuando había un muro delante. Y has sido muro cuando necesitaba sostenerme.

Contigo me he reído tanto que a veces se me olvida lo llorado. Eres tan diferente al resto que salimos ganando.

Ojalá toda una vida en la que me sigas llevando la contraria y quitando tanto la razón, para que no me pese el equipaje a cuestas.

¿Me oyes? Toda una vida.

Coge algo de ropa, mucha fuerza y un vino.

Vamos a salir de esta.



Irene X
http://mellamoirene.blogspot.com

diciembre 01, 2017


Hacia el valhalla, 
donde mis hermanos guerreros me esperan 
guiado por el suave abrazo 
de las Valkirias. 
Donde Odín me cobijará.

mayo 09, 2017

Otoño, 25

He vivido inclinada,
como una hoja por un viento fuerte,
buscando tu refugio,
tu aprobación, ser amada.

He sido tu mascota,
como un perro te he buscado
tantas veces lamí la mano
con la que me golpeabas,

hociqueé alrededor tuyo
en busca de migajas,

te cubrí las heridas de besos
aunque vos ni me mirabas.

Te seguí amando,
aunque me abandonaste en la calle,
en la oscuridad, sola,
sin un peso, sin dignidad, sin alma.

Y todavía te sueño,
persigo tu nombre como mi cola,
espero bajo la sombra
un indicio de tu llegada...

Pero ya basta.

Y qué mejor que citar
ahora mismo tus palabras:
"Mejor morir de pie,
que vivir arrodillada".

Sea.
De ahora en más,
aunque duela como infierno,
no vuelvo más a tu parada.

Viví como elegiste vivir.
Es tiempo de que esta hoja
se desprenda del árbol
al que se amarra.


Anna.

mayo 02, 2017

My garden

¿Y qué debería haber hecho sino correr y esconderme? ¿Saludarte? ¿Ignorarte?
No podía hacer más que correr. Correr hasta que me reventaran los pulmones. Correr hasta que me muera, porque de nuevo soy yo la que te estoy viendo, mientras vos ni siquiera sabés que estoy ahí.

"Él era mi mitad. El problema es que yo no era su mitad."



in the sun and in the rain
and in the day and in the night

pain is a flower
pain is flowers

blooming all the time.

C. Bukowski

Parece increíble que todavía sueñe con vos. Cuando él me pregunta por qué estoy llorando, le digo que tuve pesadillas. Todas las noches, en especial ahora que hace frío. ¿De dónde salís? ¿En qué lugar oscuro estás tan guardado que no puedo sacarte?
"Te llevo debajo de la piel".
En un músculo de esos que sólo sabés que existen cuando duelen el día después del gimnasio. En un agujero tapado con vidrio, por el que de noche te miro sin llegar nunca hasta vos.
¿Decisión o destino?



Usá auriculares.


abril 29, 2017

¿Por qué se suicidan las ballenas?

En la mitología griega, ballenas y delfines, expulsados por Neptuno y obligados a abandonar el mar amado, se suicidaban arrojándose contra la orilla. 

Hoy, la mayoría de los investigadores que tratan de explicar este fenómeno coinciden en la teoría de la desorientación: dado que los cetáceos son por lo general gregarios, se trasladan por los océanos guiados por un líder que, si se pierde o enferma, hace que el resto del grupo imite su conducta.

¿Pero por qué se desorientan?

No está demostrado, pero podría ser que la mano del hombre tuviera una elevada influencia sobre ello. Una de las principales amenazas para los cetáceos parece estar relacionada con el incremento exponencial del tráfico marítimo en las últimas décadas: los ruidos de baja frecuencia producidos por grandes barcos y las altas frecuencias de pequeñas embarcaciones pueden tener grandes efectos sobre sensibles cetáceos. Más concretamente, el ruido de los aparatos de sonar de uso militar parece que afecta de una manera tan brutal a los cetáceos que estos pueden optar por subir a superficie a una velocidad excesiva. Esto provoca la aparición de burbujas en el torrente sanguíneo, por descompresión, y estas burbujas han sido detectadas en análisis forenses de estos animales.

Los delfines y las ballenas viven en un mundo acústico, y sus imágenes del mundo que les rodea son imágenes acústicas. El sufrimiento que les impulsa a salir del agua podría obedecer al deseo de escapar de una tortura acústica insufrible para ellos. Exactamente igual que el salto al vacío de una persona que se tira por la ventana de un edificio en llamas,  cuando ya no puede aguantar en su cuerpo el calor recibido por la radiación infrarroja.


abril 27, 2017

Me sigue. A donde sea que voy, me sigue. Lee lo que te escribo, mira las fotos que publico, me escucha cantar las canciones que canto para vos. Duerme conmigo en mi cama, se mete en mis sueños, usa tu ropa, ¡mi ropa! y de nuevo veo su cara cada vez que miro al cielo.
Ya va a hacer un año desde que te fuiste. Dos años desde que dormiste con otra. Tres años desde que no estamos más juntos. Cuatro años desde el último de mis cumpleaños que celebramos juntos.
Parece, si uno tacha los días con negro, yo lo hago, voy tachando los días, y cuento el tiempo, uno, dos, tres años. Pero no. Yo sigo acá atrapada, con los diez mil pesos de premio en la mano, parada sobre el escenario, buscándote entre la gente y sin encontrarte, el tiempo congelado, ahí, para siempre.


なにもなくて... 悲しすぎて

abril 23, 2017

Hay un chico de pelo blanco al que le doy besos soñando que te los va a llevar. Hay un chico de pelo blanco al que abrazo pensando que te va a llevar mis abrazos. Un chico de pelo blanco que no sos vos. Dónde estarás vos...

abril 15, 2017

Trato de leer entre líneas. Busco un mensaje escondido, una esperanza. Alguna cosa en clave, una palabra, un nombre que me diga que estás ahí, una fecha, una señal. 
A veces me convenzo de que no hay.
A veces me pregunto por qué sigo buscando, qué espero encontrar. Me digo a mí misma que debería dejar de revolver toda esa mugre de recuerdos. Que tengo que apuntar para adelante. Que a lo mejor no me va tan bien ahora, pero que me va a ir mejor. Que tengo que esforzarme. Me lo digo muchas veces.
Pero es que. 
Pero.
Hay una bombacha colgada en su baño, tantas veces oí la comparación, una bombacha como una bandera, marcando un territorio. Vos entrando al baño, la bombacha ahí colgada, ella riéndose desnuda y te arroja una remera hecha un bollo que se revienta contra tu cara. Vos también te reís. 
Nunca llegaste a ver mis bombachas colgadas. Cómo, si nunca compartimos casa. Cómo, si yo era a penas una nena entonces. Cómo. Cuándo.
Bombachas como banderas. Una vez en el Moyar (¿Mollar?) una mina te dijo que "estabas meado", como árbol marcado por un perro, porque yo te había abrazado enfrente de ella, mientras cocinabas el almuerzo. Habíamos estado peleados ese verano, y vos no te esperabas ese abrazo. Te dolió estar marcado. Te dolió que otra mina lo dijera.
Pero ahora la bombacha, y no te das cuenta. No te das cuenta que de nuevo "estás meado". Las mujeres somos de verdad criaturas extrañas. 
Una marca. De que no le pertenecés del todo a ella. Una señal, de que al menos los días de lluvia tu cabeza me piensa, allá lejos, de que estoy en tu lista negra, tal vez, pero soy la primera y de vez en cuando por lo menos, te acordás de mí.
Aunque algunas veces pienso que probablemente ni eso. Porque... en fin.

Anna.

marzo 31, 2017

Zombies

Todos somos un poco zombies. Gente muerta por dentro que fagocita lo que los otros dicen de nosotros, lo que está de moda, lo que los medios dicen. Gente que no piensa y navega con la masa comiendo los cerebros de aquellos que sí piensan o que son distintos a nosotros. Es difícil no ser un zombie. Es difícil cuestionar nuestras ideas y nuestros actos constantemente, porque podría darnos la impresión de que no caminamos sobre un suelo firme, de que en cualquier momento nos podemos hundir. Nadie tiene la razón. Nadie es conscientemente bueno, porque probablemente busca intereses. Nadie es conscientemente malo, todos actuamos según lo que nos parece mejor para nosotros mismos o aquellos a quienes queremos. La idea de un Dios es tan abstracta. La idea del calentamiento global es tan abstracta. La idea de la guerra en otro continente es tan abstracta. La historia es tan abstracta. Las cosas materiales que nos permiten entender el mundo son apenas unas pocas, el resto son todas ideas abstractas que cada uno usa como puede. No hay ideas buenas o malas per se, sino el uso que se hace de ellas. No hay ideas reales o ideas irreales, sino simplemente ideas y gente que cree en ellas. Gente que las construye, gente que las absorbe, gente que lucha por ellas o gente que se deja dominar por ellas.

marzo 15, 2017

En el fondo del Río de la Plata, hay un arrecife de anillos. Millones de corazones rotos, acumulados desde Solís hasta hoy. Las sirenas no juegan con ellos, creen que están malditos. Los peces que a veces se pierden entre esos misteriosos brillos, ignorantes y felices, no vuelven más. Hay algo en ese arrecife, una tristeza que ahoga.

marzo 04, 2017

Hoy quisiera tus dedos
escribiéndome historias en el pelo,
y quisiera besos en la espalda,
acurrucos, que me dijeras
las más grandes verdades
o las más grandes mentiras,
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer más linda,
que me querés mucho,
cosas así, tan sencillas, tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera
dependiera de que los míos sonrieran…


Gioconda Belli

Oración por un gato

Dios
Vos que hiciste el universo
Y pusiste cosas tan grandes como
Planetas
Y tan chicas como
Este gato
Quisiera saber si
La vida de un gato
Significa algo más
O quizá algo menos
Que mi propia vida.
Quisiera saber si
La muerte de un gato
Significa a este enorme universo
Algo más
O quizá algo menos
Que mi propia muerte.
Quizá
Aunque sólo quizá
Pueda entender de este gato
O de este universo
Cómo funcionan las cosas.
Quizá
Aunque sólo quizá
Si vive este gato
Pueda entender yo algo
De la vida
O de la muerte
O de nada en particular
Más que el valor diminuto
Del ronroneo de un gato
En la oscura inmensidad
Del universo.

febrero 28, 2017

febrero 25, 2017

Otro poco de calma, camarada;
un mucho inmenso, septentrional, completo,
feroz, de calma chicha,
al servicio menor de cada triunfo
y en la audaz servidumbre del fracaso.

Embriaguez te sobra, y no hay
tanta locura en la razón, como este
tu raciocinio muscular, y no hay
más racional error que tu experiencia.

Pero, hablando más claro
y pensándolo en oro, eres de acero,
a condición que no seas
tonto y rehuses
entusiasmarte por la muerte tánto
y por la vida, con tu sola tumba.

Necesario es que sepas
contener tu volumen sin correr, sin afligirte,
tu realidad molecular entera
y más allá, la marcha de tus vivas
y más acá, tus mueras legendarios.

Eres de acero, como dicen,
con tal que no tiembles y no vayas
a reventar, compadre
de mi cálculo, enfático ahijado
de mis sales luminosas!

Anda, no más; resuelve,
considera tu crisis, suma, sigue,
tájala, bájala, ájala;
el destino, las energías íntimas, los catorce
versículos del pan: ¡cuántos diplomas
y poderes, al borde fehaciente de tu arranque!
¡Cuánto detalle en síntesis, contigo!
¡Cuánta presión idéntica, a tus pies!
¡Cuánto rigor y cuánto patrocinio!

Es idiota
ese método de padecimiento,
esa luz modulada y virulenta,
si con sólo la calma haces señales
serias, características, fatales.

Vamos a ver, hombre;
cuéntame lo que me pasa,
que yo, aunque grite, estoy siempre a tus órdenes.


César Vallejo

febrero 22, 2017

Deep purple

When the deep purple falls
Over sleepy garden walls
And the stars begin to twinkle in the night
In the mist of a memory
You wander all back to me
Breathing my name with a sigh

In the still of the night
Once again I hold you tight
Tho' you're gone your love lives on when light beams
And as long as my heart will beat
Sweet lover, we'll always meet
Here in my deep purple dreams

When the deep purple falls
Over sleepy garden walls
And the stars begin to twinkle
In the night
In the mist of a memory
You wander all back to me
Breathing my name with a sigh

In the still of the night
Once again I hold you tight
Tho' you're gone your love lives on when moonlight beams
And as long as my heart will beat
Sweet lover, we'll always meet
Here in my deep purple dreams
And as long as my heart will beat
Sweet lover, we'll always meet
Here in my deep purple dreams
https://www.youtube.com/watch?v=1GoPB4N2WEU
Ir...................
Dejarte.................
Dejarte ir.................
Dejarte ir...................
Dejarte.......................
...................................
...................................
................................
..............................
............................
.....................
..............
..........
.......
.....
...
.

febrero 17, 2017

Aunque no vengas, te voy a esperar.
Aunque no abras, voy a golpear tu puerta.
Aunque no contestés, voy a gritar tu nombre
en todos mis poemas.
Aunque ya no estés más...
Aunque ya no estés...
Ya no estás...



febrero 14, 2017

¿QUE POR QUÉ BEBO ALCOHOL?
Pues porque ninguna buena historia comienza con un "estaba yo comiéndome una ensalada..."

Charles Bukowski

febrero 12, 2017


Yo-Yo Ma
Bach Cello Suite No. 1 in G Major
Pienso que en este momento
tal vez nadie en el universo piensa en mí,
que sólo yo me pienso,
y si ahora muriese,
nadie, ni yo, me pensaría.
Y aquí empieza el abismo,
como cuando me duermo.
Soy mi propio sostén y me lo quito.
Contribuyo a tapizar de ausencia todo.
Tal vez sea por esto
que pensar en un hombre
se parece a salvarlo.


R. Juarroz

febrero 09, 2017

Sonó un trueno mientras echaba otro madero al pequeño fuego. No tenemos ni un mango para comer y vos andás quemando la guita porque te hace un poquito de frío, comentó con desdén su compañero desde la esquina mal iluminada en donde se esforzaba por escribir con los dedos helados. Era principios de primavera, pero llovía con una cortina oscura y densa, con un agua que calaba hasta los huesos. Soplaba un viento frío como de invierno resistiéndose al trascurrir de las estaciones, y afuera la noche era cerrada como boca de lobo.

No le hizo caso y atizó la hoguerilla contemplando su chisporroteo alegre, soñando con el verano que ya estaba próximo. El invierno había sido crudo y habían trabajado poco, el tiempo de paz los mantenía a base de declaraciones de amor y recados cotidianos, recorridos cortos y mal pagos, muchas veces caminos desiertos y bajo la nieve. El verano, aunque no prometía mucho más a la bolsa, al menos albergaba la esperanza de las frutas con jugo dulce y dedos ligeros para la música. 

Casi podía sentir el azúcar en el paladar, cuando se escuchó el quejido agudo de la puerta vieja al abrirse, y una ráfaga fresca hizo peligrar las llamas naranjas. Una figura encapuchada se introdujo de sopetón en la tienda simple de cuatro paredes lisas, chorreando agua cual cascada por la tela oscura. Unas manos pálidas descubrieron bajo el embozo el rosto de una mujer de rasgos finos y la piel cruelmente blanca, los cabellos rubios sueltos en desorden a la espalda. Sonrió con la confianza de la intimidad, quitándose la capa mientras se acercaba al fuego. El hombre junto él la observó en silencio, reconociéndola.

Vos siempre elegís las mejores noches, señaló el personaje que continuaba escribiendo sobre una mesa enclenque. La mujer soltó una risa cantarina. Y vos siempre tan contento de verme, le dijo y se escurrió el pelo sobre el suelo de tierra. Les traigo un trabajito, añadió y su tono fue repentinamente serio. El escritor levantó entonces por primera vez la vista, y miró a la figura menuda junto a su compañero, que también la miraba, con una pregunta en los ojos. La mujer despedía una presencia extraña, reverente. 

Es un laburo denso y tiene que ser hecho con el mayor sigilo, explicó ella con un brillo filoso en los ojos. Tenía atada alrededor del cinto del vestido algunas bolsas de cuero; tomó una de ellas y la soltó en el piso frente a la mirada de los dos hombres. La bolsa hizo un sonido tintineante. No sé si me entienden –había bajado la voz.

¿De qué se trata? inquirió el escritor con cautela, observando la bolsa de reojo. Su compañero la tomó del suelo y la puso sobre la mesa. La mujer abrió otra de las bolsas de su cinto y sacó unos rollos de papel cerrados con cera. El sello azul era un blasón con un dragón. 

Una entrega, explicó. Unas. Cuatro en total. 

¿Dónde? volvió a preguntar el escritor. Ella no contestó; el reflejo de las llamas encendía sus ojos pálidos como su piel, casi transparentes. Afuera se escuchaba la lluvia. El escritor suspiró, entendido.

Ah… bien, estiró la mano para abrir la bolsa, y el brillo dorado del oro relampagueó a la luz del fuego. Los dos hombres intercambiaron miradas. ¿Hay un plazo?

Lo antes posible, dijo la mujer.

Está bien, aceptó el hombre. Nos encargamos nosotros.

Ella sonrió mostrando todos los dientes. Por un instante pareció una niña; luego volvió a su rostro aquella presencia lejana e imponente. Recogió la capa aún húmeda del rincón donde la había arrojado y se la puso con rapidez. 

Pero, Avy –llamó el escritor antes de que el rostro pálido desapareciera bajo el embozo- sabés que no tenés garantías de que los encontremos. A esta altura podrían andar ya en el fin del mundo, capaz que en el infierno mismo.

Avy se acomodó la capucha. Su sonrisa blanca se adivinaba en la oscuridad de la tela.

Confío en ustedes, dijo no más, y tras un nuevo chillido de la puerta, su silueta negra se perdía en la penumbra de la noche. La lluvia no amainaba.

Edgar. Llamó su compañero al escritor. Edgar, ¿estás seguro?

Mirá esta bolsa, comentó Edgar, aunque sus ojos vagaban perdidos entre las lenguas del fuego, con esa plata nos jubilamos para siempre. 

Capaz que nos matamos en el camino y no nos hace falta esperar la jubilación, contestó con amargura el hombre. Edgar soltó una risa franca. ¿Qué te pasa, Allan? ¿Te acordás que somos cuervos? Vivimos de esto y para esto.

Allan resopló poco convencido, pero resignado. Edgar se echó para atrás en la silla y puso los pies sobre la mesa, haciendo tambalear los tinteros. 

Meta, hacé más grande esa antorcha, que me muero de frío -protestó. Allan sonrió y echó otro madero al fuego.


Anna.

febrero 07, 2017

Quiero que te acordés de mí. Quiero que te acordés de mis manos caminando tu cuerpo, aprendiendo, quiero que te acordés de cómo aprendimos, quiero que te acordés. De las calles oscuras donde nos paramos a besarnos y de la guitarra que yo te robaba a cada rato de tu estante, y de esa vez que te hacía el amor mientras vos tocabas el violín. Quiero que te acordés, de los sábados a mediodía en tu casa, del sol entrando por el ventanal, de las hojas en la pileta, del perro cuando nos ladraba por abrazarnos. Acordate de todas esas cosas, no dejés solos a mis recuerdos, que mientras más lejos te vas más fuerte se me vienen mujeres a la cabeza, mujeres jugando rol, mujeres viendo got, mujeres compañeras de la facultad, mujeres compañeras de coro, mujeres para grabar cortos, mujeres de las que qué tenía que decir yo, si vos eras todo mío, mío, para mí... mujeres con las que sí ibas a bailar.
¡Hacé algo por mi memoria, te lo suplico! Acordate de cómo usabas la camisa prendida hasta arriba y yo la desabrochaba y me desilusionaba encontrar abajo una remera. Acordate de cuando hicimos el amor en el colectivo, con las luces apagadas, con la gente durmiendo. De cuando hicimos el amor en un cuarto con otra gente, mordiéndonos la lengua con la sábana. Acordate de cuando te escondías debajo de mi cama, acordate. Acordate cómo nos burlábamos de tus primos, "porque el primer hijo varón va a ser el tuyo, mi amor", acordate. Acordate que este año cumplo 25... por favor, por favor, acordate.

febrero 06, 2017

No dejo de pensar que fue mi culpa
No dejo de pensar que fue la tuya
¿por qué amar no es suficiente?
Fuimos tan orgullosos
Éramos tan hermosos
Siempre queda un dejo de
(¿París?) al final como quien dice
"nuestro caso no es distinto
de otros casos que acabaron mal."




febrero 03, 2017

enero 31, 2017

- ¿No extrañás tu cama? -me preguntó y miraba al techo de estrellas.
- ¿Cuál de todas? -le contesté queriendo hacer un chiste. Ella se encogió de hombros, como si la respuesta fuese obvia.
- Y no sé, tu cama. La cama en la que dormís todas las noches
- Ah -no se me ocurría cómo hacer un chiste esta vez-. Vos decís la cama que está en mi casa.
- ¿Cuál otra cama podría ser? -ahora la del chiste era ella.
- Es que me da igual -le dije y ahora dejó de mirar el cielo y se quedó mirándome-. Esa cama, esta cama, o cualquier cama.
- Qué suerte -de nuevo miraba las estrellas-, poder dormir en cualquier parte. Ya me gustaría a mi.
Ya no volvimos a hablar. Un rato después se dio la vuelta y se quedó dormida. Su respiración era a penas un soplido sordo sobre el pasto.
Yo me quedé mirándola un rato, pensando en esa cosa rara de las personas de ubicar las cosas en territorios, de esa necesidad de demarcar, de sentir que poseemos algo. "Tu cama", "la que está en tu casa". La que todas las mañanas vuelvo a armar después de deshacerla para no dormir todas las noches. Mi cama, me digo mientras la miro por última vez, mientras me doy la vuelta para el otro lado. Mi cama no es un dónde, es un quién.
Los grillos saltan como gotas de rocío entre los yuyos y de vez en cuando Mamá Gato salta de entre las sombras y atrapa uno para sus cachorros. Pienso que dormir es una cuestión de decisión, no de camas. Sino, me digo, podría contar grillos para siempre, y no dormirme nunca.

Anna.

enero 26, 2017

Qué fácil sería agarrar el teléfono, discar un número, echarle la culpa a los tres vasos de gancia puro con hielo y a la media botella de cerveza que trataban llenar este corazón muerto de hambre. Marcar ese número que tengo escrito como un mapa en las líneas de mi mano, escuchar esa voz que alguna vez me dijo... pero, no, disculpá, pensé cualquier cosa, es que no estoy muy bien, estoy acá sola con esta botella y este perro en medio de la calle y por algún motivo parece que llegué hasta tu departamento, sí, me imagino que no estás ahí ahora, ya sé que hace muchos meses que no vivís ahí, te digo que fue el perro, el perro este debe haberme traído hasta acá, es que iba de camino a devolver este envase pero me perdí, ya ni me acuerdo en qué kiosco lo compré. 
Che y ¿no sabés vos cómo se llega a Buenos Aires desde acá? No importa que esté lejos, es que quiero un abrazo tuyo, y te juro que me voy caminando hasta allá.
No, no estoy ebria, te juro que... Sí, ya sé que no puedo. No, el perro es de la calle. O capaz era un gato. O capaz era un tipo. La verdad es que no me acuerdo ya. Pero tu departamento sigue ahí, en el mismo lugar.

Anna.
https://www.youtube.com/watch?v=mIhI23gBBPQ

enero 18, 2017



Scarlett Johansson & Joaquin Phoenix - "The moon song"
("Her")
A veces pongo un piano de fondo que me ayuda a concentrarme mejor, pero siempre me queda esta sensación de que debería estar estudiando otra cosa, en otro lugar, con otras personas, lejos de aquí. Que yo en realidad estoy en otra parte, llamándome y por eso no puedo estar del todo acá, por eso siempre tengo la cabeza en otro lugar.





Julie Andrews - "Feed the birds"
(Mary Poppins)
"Un par de lágrimas están bien, pero llorar mares, llorar ríos, etc. es solo para poetas." Quizá sea porque sólo los poetas aman hasta la muerte, ¿quién sabe? Quizá sea porque sólo un poeta se arrancaría la piel por vos. Claro que suena a idea romántica, pero en verdad no mucha gente está preparada para la idea literal de que otro pueda a-rran-car-se la piel por vos.

Lo que está quizá mal entendido es que los poetas sólo aman si sufren o sufren cuando aman. Which is not. El poeta ama cuando está con el ser amado, aunque a veces estar con el ser amado sea una mierda, porque bueno, nadie es perfecto, y además, mirá si no es choto el mundo, que sabiéndote en Buenos Aires te cruce con una bolsa llena de regalos justo en la calle frente a mi casa, el domingo de Navidad. El Universo a veces no ayuda. Si amar fuese suficiente, seríamos todos tan felices. Pero sólo amar nunca es suficiente, deshoo ka.

Así que a veces uno ama, ama con todas sus fuerzas, y las cosas no salen bien. Y entonces según las leyes de la gravedad, hay que romperlas -como una figurita de porcelana, digamos un payasito, lo cual lo hace más hilarante todavía, la hermosa figurita de porcelana de un payasito explotada contra el piso-. Acá es cuando se complican las cosas. Acá es cuando te dicen "estás enfermo", "tenés un problema", "te obsesionaste", "idealizaste". Sí, no, capaz, qué sé yo. Yo lo que sé es que esa media hora que parecieron cinco segundos, el perro perdido que nos encontró y que se quedó haciéndome compañía porque tenía que dejarte ir, noche cerrada, perro chupándome la mano, la bolsa de regalos en el piso, esos cinco minutos que cuando después se los cuento a alguien me dicen "qué choto, qué choto" (¿vos? ¿yo? ¿el mundo? ¿el perro?) fui tan feliz. "Masoquista" me dijeron también, pero calculo que califica dentro de lo que se llama "enfermo" y por lo tanto para ciertas personas muy estudiadas en el asunto no es amor.

Pero no siempre es así. Quiero decir, hay veces que uno ama y todo sale bien. "Bien", o entiéndase "tan bien como puedan ir las cosas" en un mundo revuelto donde a cada rato hay que buscar solución para problemas, un mundo hecho de problemas, un mundo hecho para ¿resolverse? ¿arruinarnos? ¿enseñarnos, tal vez? Hay veces que el amor es más grande que todos los problemas, y a eso la gente le dice felicidad, misunderstood and, elementary my dear Watson, no es que los poetas no puedan disfrutar de esa felicidad, o que no la busquen. Todos and I mean, EVERYONE buscamos esa felicidad, que ni el éxito, ni la fama, ni la plata, ni greenpeace, ni el anime, ni los atardeceres en la playa dan jamás si no pueden ser compartidos con alguien que está ahí, nada más que respirando a la par tuya y que está pensando en ese mismo instante -como vos- qué será que vamos a comer esta noche, mirá qué lindo cielo, tenemos que volver a esta playa el año que viene, hoy le voy a decir que yo cocino pero le toca a él lavar los platos, cómo me gusta este viento con olor a sal, mirá que sexi que le queda esa remera contra el viento este.

Los "poetas" no son -somos- la diferencia. Nosotros conocimos el secreto de esa felicidad antes que todos los demás, es el secreto que nos fue confiado cuando nacimos y que nos marcó con palabras para que yo pueda llegar hasta vos, estés donde estés, ahora mismo, para decirte que te extraño. Que aunque nuestra relación de (¿cómo decía la autora que publicaste?) "casi ocho años de hipnosis, ceguera e imbecilidad" es lo más bonito que me ha pasado en la vida, porque estuviste vos, aunque yo te miraba de lejos, desde el público, y qué sé yo, seré una enferma, como ella dice, pero qué feliz me hacía sólo mirarte y pensar que vos sabías, que vos estabas ahí sobre el escenario sólo para mí.

Casi puedo escuchar tu reclamo en mi cabeza, tu "no te quiero volver a cruzar más" y feliz navidad. Tu pregunta. La pregunta que haría la "gilipollas" que escribió ese artículo, y que se reiría tanto si me leyera discutirte por escrito diciendote que te amo, cosa que ella dice que es de gente enferma, y que debe ser, mirá, debe ser. Pero la pregunta. O la respuesta.

¿Hasta dónde el amor es saludable? Supongo que según esta señora, cuando uno prefiere morirse antes que vivir sin el otro, el amor no es saludable. Tendría una respuesta del tipo "hay muchos peces en el mar", ¿no es cierto, cariño? Mi respuesta a tu pregunta no vale la pena. Ya la sabías de antemano porque somos iguales. Vos querías brillar, yo también. Vos brillabas, yo también. La gente veía tu brillo, el mío también. ¿Y quién ganó? Si seguimos discutiendo todavía, y aunque cada publicación tuya me descosa el intestino, todavía te leo. Todavía me leés. Escribiste el poema para que "parara". Podrías directamente haber cerrado las puertas. Pero no. Era parte más de la competencia. Ahora yo contesto a tu nueva publicación, caigo de nuevo en tu trampa, y así sigue: "los que se pelean (no) se desean". Pero yo, in fact, te deseo.

Y mucho.

Aunque sea una enferma (¿cuántas veces me lo habrán dicho ya? ¡uf!)

Esa mujer, la del artículo...

¿Sabrá lo que significa ser amada por un poeta?

A lo mejor por eso escribió lo que escribió, how risky to have somebody's life pending on yours. No cualquiera se toma ese buque ¿no? Habría que ser igual de enfermo, a lo mejor.

Y decime, ahora que andás con amores vegetarianos... ¿por qué aceptaste la invitación a mi blog? ¿qué proteína venís a buscar acá, que tus ensaladas no te pueden dar?


Anna.

enero 09, 2017


Daniela Herrero
"Sólo tus canciones"

Destruirme para destruirte.
Cavar cada vez más hondo
"desenterrar un muerto"
ultrajar una tumba sacra
arrojar sus reliquias al viento.
Pero el error, ay, Pandora
es abrir la caja
si hubieses hecho caso
cuando te decían que dejaras
ir las sombras del pasado
debajo de la tierra,
bien abajo.
Y en cambio tenías que,
cruzar la calle,
caminar cuatro cuadras
gritar su nombre
sus cinco letras blancas
cambiar tu pelo,
tu cuerpo
tu nombre
tu cara
y después arrojarte a un pozo
como si ya no importara nada.
Pero y ¿dónde está tu libertad
maleva, bailarina, gata?
Si cruzarlo una calle
o dos o tres o cuatro
te vuelve a destruir
para no encontrar tu alma
que quedó ahí en su boca
que no alcanzaste en arma
quedó ahí tu vida
ay, destruirte para volver
siempre a la misma tonada,
maldita tumba abierta
de donde los muertos
se escapan.

Anna.
https://www.youtube.com/watch?v=MEzaREXzaZY